Cuánto paga Spotify por reproducción a los artistas: Una perspectiva crítica

Hoy quiero compartir con ustedes un análisis personal que he llevado a cabo sobre un tema que me hace literalmente hervir la sangre de mala manera: cuánto paga Spotify por reproducción a los artistas. Haré foco principalmente en el gigante de la industria de plataformas digitales de música..pero sabemos que aunque es el peor, no es el único.

Esta reflexión que desarrollaré se nutre de múltiples conversaciones con músicos con los que he trabajado o trabajo, así como con otros amigos del mundo artístico, y también de mi propia observación acerca de la industria y su manera de funcionar.

En este artículo, hablaremos entre otras cosas de las cifras detrás de este sistema y argumentaremos por qué es una gran idea reconsiderar el acuerdo entre los artistas (especialmente los independientes) y estas plataformas.

También plantearé algunos otros problemas bastante graves que acarrea a los artistas subir su catálogo a estas plataformas al margen de la poca ganancia económica. Problemas de los que no se habla tanto, pero que repercuten MUCHÍSIMO en la percepción del valor de su arte.

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Ahora sí…vamos a ver cuánto paga Spotify por reproducción

Comencemos por analizar cuánto paga realmente Spotify por reproducción a los artistas. La pregunta es tan sencilla como determinante. Aunque las cifras varían, se estima que, en promedio, Spotify paga entre $0.003 y $0.005 por reproducción. Esto significa que, para ganar $1, un artista necesita alrededor de 200 a 333 reproducciones.

Para ponerlo en perspectiva, consideremos dos escenarios comunes: 100.000 reproducciones y 1 millón de reproducciones. En promedio, un artista ganaría entre $300 y $500 para 100.000 reproducciones y entre $3.000 y $5.000 para 1.000.000 de reproducciones en Spotify. Estas cifras pueden variar según el acuerdo con la editorial y otros factores, pero proporcionan una idea general de las ganancias posibles en la plataforma.

La editorial, por lo general, se lleva un porcentaje considerable de las ganancias, lo que reduce aún más la cantidad que llega al bolsillo del artista. Esta realidad plantea un dilema para muchos músicos, especialmente para los independientes. La inversión de tiempo, talento y recursos financieros en la creación y producción de música es significativa. Los artistas pagan por horas de estudio, músicos, transporte de instrumentos y otros gastos relacionados. Esta inversión, que normalmente para grabar un álbum supera los varios miles de dólares, se enfrenta a un sistema de recompensa que parece desproporcionado.

Y en la otra cara de la moneda…para que os hagáis una idea aproximada de lo que ganan estas plataformas, Spotify anticipa de cara al segundo trimestre de 2023, que llegará unos ingresos totales de 3.200 millones de euros. Casi nada ¿No?

Para dar otra perspectiva, pero desde alguien que tiene no 100.000 reproducciones en total, sino 55.000.000 de reproducciones por una sola canción. Os comparto este Tweet de Peter Frampton del año 2018, hablando del pago recibido por una de sus canciones más famosas, que seguro la mayoría de vosotros conocerá : «Baby, I Love Your Way» .

Aquí va:

Cuanto paga Spotify por reproduccion

Básicamente Peter Frampton cuenta que por 55 millones de reproducciones de Baby I Love Your Way recibió solo 1.700 dólares. Si esto es lo que finalmente recibe por 55 millones de reproducciones, no es necesario que os cuente lo que puede quedarle a cualquier artista fuera del mainstream.

La lucha de los artistas independientes

Los artistas independientes son quienes más padecen los efectos de este desequilibrio. Dedicados a crear música auténtica y original, ponen todo su esfuerzo, recursos y talento en sus proyectos. Sin embargo, se encuentran luchando contra un sistema que, en su mayoría, no recompensa su dedicación de manera justa. El trato actual les obliga a asumir el papel de proveedores de contenido prácticamente gratuito para gigantes de la industria que obtienen beneficios multimillonarios.

Es fundamental comprender que las plataformas de streaming, como Spotify, no realizan ninguna inversión sustancial en la creación artística, la música o la producción de los trabajos que los artistas suben a sus servidores. Su contribución principal es funcionar como un «medio de difusión» basado en servidores cada vez más potentes para alojar el contenido que se carga diariamente.

Estas plataformas generan sus ingresos principalmente a través de las suscripciones de usuarios y de la venta de publicidad, aprovechando el contenido proporcionado por los artistas. Es decir, que sin el trabajo creativo y la inversión de los artistas, estas plataformas carecerían de suscriptores y contenido para atraer anunciantes. Los contenidos artísticos funcionan como «un lugar donde colgar los panfletos publicitarios», sin más.

Son los artistas quienes aportan el alma y la esencia o «materia prima» a estas plataformas, y es su música la que impulsa su éxito y rentabilidad. Son los artistas, por lo tanto, los que pueden hacer algo para cambiar este trato desfavorable.

Al margen de las cuestiones económicas y de cuánto paga Spotify por reproducción, existe otro problema importante: la saturación en las plataformas de streaming.

Spotify, en particular, no realiza un control de calidad efectivo sobre la música que se carga en su plataforma. Esto conduce a un mar casi inabarcable de música, donde verdaderas joyas musicales quedan sepultadas bajo capas de canciones mediocres o con escaso trabajo detrás. Por mucho que un artista se esfuerce en promocionar su música, es una tarea prácticamente imposible destacar entre inmensidad de contenidos de calidad muy variable.

Opciones para los artistas independientes

La pregunta que surge es: ¿qué pueden hacer los artistas independientes para cambiar esta situación? Aquí, propongo una idea, que visto lo visto no me parece descabellada: los artistas independientes deberían considerar la creación de su propia «central de ventas» a través de sus propias plataformas, como sus sitios web. Al hacerlo, tomarían el control total de su catálogo y podrían darlo a conocer y comercializarlo por sus propios medios.

La inversión en una página web bien estructurada y estrategias de marketing personalizadas puede proporcionar a los artistas una forma efectiva de llegar a su audiencia, sin intermediarios. No debemos caer en la trampa de creer que solo las plataformas de streaming son el camino obligado para la promoción musical. Hay otras vías que pueden ser igual de efectivas, si no más, para conectarse con el público y generar unos ingresos justos.

Recordemos aquella frase atribuida a Albert Einstein, que dice: «La definición de locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando resultados diferentes.» La oportunidad está en un cambio de conciencia de los artistas, al darse cuenta de que la decisión está en sus manos y que las cosas se pueden hacer de otra forma. A veces lo «normal» o «lo que hace todo el mundo» va contra nuestros propios intereses, y está bien recapacitar sobre esto. ¿Cuál es vuestro coste y vuestro beneficio aquí?

La devaluación de la música

Aparte del tema concreto de cuánto paga Spotify por reproducción, hay otro problema profundo que se plantea con la facilidad y rapidez de acceso a la música a través de plataformas digitales.

La llamada «cultura del grifo abierto» ha llevado a una percepción de la música como algo fácilmente disponible y, a menudo, gratuito. Esto ha desvalorizado el arte musical en los ojos del público. Los artistas, aquellos que han dedicado años a perfeccionar sus habilidades y han invertido tiempo y dinero en su trabajo, enfrentan una doble desvalorización. Sus esfuerzos son infravalorados tanto en términos económicos como culturales.

La música es un arte, y como tal, tiene un valor intrínseco. Los músicos no solo crean canciones, sino que contribuyen a la cultura y el arte de la humanidad. Es esencial que su trabajo sea respetado y recompensado de manera justa. Recordemos que los buenos artistas han tenido que formarse y dedicar tiempo, dinero y esfuerzo para desarrollar su arte y llevarlo a un punto de calidad. ¿Por qué merecen menos retribución que cualquier otra carrera? ¿Acaso no disfrutamos de su trabajo? ¿Eso no tiene un valor importante?

Lamentablemente, la mayoría de las veces las personas percibimos que lo que está «muy disponible» y en abundancia, tiene menos valor que lo escaso y poco disponible. Así que esta disponibilidad instantánea, también juega en contra de los artistas.

El poder está en manos de los artistas

Los artistas independientes tienen la capacidad de cambiar el status quo. Si tomamos conciencia del valor de nuestro trabajo artístico y de la posibilidad de gestionar nuestro propio catálogo, podríamos desafiar el sistema existente.

Las plataformas de streaming necesitan contenido de calidad, y los artistas son quienes generan ese contenido. Si deseamos que se valore nuestro trabajo como artistas, debemos ser los primeros en poner límites y explorar otras alternativas.

¿Qué sucedería si de pronto los artistas empezaran a bajar en masa su catálogo de estas plataformas, o si subieran únicamente fragmentos limitados de sus canciones a manera de teaser?

Recordemos que el objetivo detrás del algoritmo de las plataformas es la retención del público el mayor tiempo posible en la misma…tanto público que paga suscripciones premium, como público que se quede conectado y esté expuesto permanentemente a la publicidad. Sin audiencia no habría anunciantes que quisieran poner su publicidad en estas plataformas. Y sin contenidos (en este caso, canciones), no hay audiencia.

En última instancia, el que haya un futuro para infinidad de artistas depende justamente de que los propios artistas tomen el mando creativo y económico de sus proyectos, que defiendan su dignidad y no regalen su trabajo a plataformas millonarias que nada les aportan.

También depende de un público que aprecie la música por su verdadero valor. La lucha por un trato más justo para los artistas en el mundo digital es una tarea que recae en todos nosotros, desde los creadores hasta los oyentes.

Está en nuestras manos cambiar esta «canción desafinada» y dar a la música el lugar que merece en nuestras vidas y en la sociedad.


Espero que este artículo de opinión les haya resultado interesante e informativo, independientemente de si sois artistas o público.

A los artistas, os mando un mensaje de apoyo y os invito a reflexionar sobre hasta qué punto os merece la pena seguir aceptando acuerdos injustos con estas empresas multimillonarias. Hay otras maneras de hacer las cosas, aunque os quieran hacer creer que no.

Y al público, deciros que la mejor manera de apoyar a vuestros artistas favoritos (mainstream o no) es comprar sus discos (físicos o digitales) e ir a los shows.

Si tenéis cualquier consulta a nivel profesional podéis contactar conmigo a través de la página de contacto .

¡Gracias por leerme, querid@s! 🧜🏻‍♀️⚡️❤️

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